Así se desprende de una investigación presentada en el congreso de Neurociencia 2012, que se celebró en Estados Unidos, realizada a partir de imágenes del cerebro de 21 hombres y mujeres de peso normal y 25 años de edad. Durante 2 días consecutivos, se les mostraron fotografías de alimentos ricos en calorías mientras se les colocaba en un escáner de imágenes de resonancia magnética funcional (MRIF). se les pidió que indicarán en que medida se les apetecían una serie de alimentos, que incluían pizza, chocolate, verdura y pescado. El primer día se pidió a los voluntarios que no desayunaran antes del escáner, pero al día siguiente se les dio un desayuno de 750 calorías (basado en cereales, pan y mermelada) antes del escáner.
Cuando en el almuerzo se les insistió a consumir "todo lo que desearán", aquellos que habían pasado la mañana en ayunas, mostraron una predisposición clara a alimentos ricos en calorías. Los individuos que no habían desayunados ingirieron un 20% más en calorías.
Los escáneres mostraron que la region del cerebro que podía estar involucrada en la atracción a los alimentos, la corteza orbitofrontal, se volvía más activa cuando el estómago estaba vacío. En definitiva, dejar de comer a primera hora de la mañana, vuelve más atractivos para nuestro cerebro a los alimentos dulces y grasosos, favoreciendo una dieta desequilibrada, además de potenciar la voracidad.
Fuente: Muyinteresante.es
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