El cuerpo que habitas...

Es difícil cuando intentamos empezar a hacer algún cambio encontrar los motivos o el propósito, tendemos a crear expectativas muy altas o ajenas, lo más importante para lograr que nuestra meta sea alcanzable, resulta muy difícil definir un objetivo propio cuando las voces del exterior siempre te están tratando de definir uno, pocas veces nos detenemos a pensar ¿qué es lo que quiero? ¿para qué lo quiero hacer? ¿qué pienso obtener al final del proceso? de la claridad con la que podamos responder a estás preguntas dependerá el éxito que tengamos en nuestro camino.

Lo primero es hacer un ejercicio cerrando los ojos y sintiendo... ¿qué tan cómoda me siento en este cuerpo? ¿me siento ligera o pesada? ¿cómo me muevo? ¿me gusta dormir y despertar dentro de este cuerpo? quizás no... pero ésto no sería una razón para agredirnos y enojarnos con nosotras mismas, la principal razón para dar el primer paso debe ser "amor" si "amor a nosotras mismas" lo primero es entender que este cuerpo te ha traído hasta este momento de tu vida, que los kilos que acumulaste tuvieron una razón para estar ahí, sí estás decidiendo cambiar algo, debes dejarlos ir de manera pacífica, sin enojo, agradeciendo lo que hayan tenido que hacer en tu cuerpo, pero ya no los necesitas, deja que fluyan en tu cuerpo y se vayan, al mismo tiempo que cambias tus hábitos, llevas a cabo una alimentación saludable, haces ejercicio, en realidad verás como gradualmente te reconcilias con tu imagen y mucho antes de que llegues a tu objetivo, sentirás la magia de caminar ligera y gustosa disfrutando el cuerpo que habitas...